Durante los últimos 30 años, los diferentes grupos de especialistas, miembros de la organización EHEDG (European Hygienic Engineering and Design Group ) han colaborado en la elaboración, mejora y actualización constante las diferentes directrices para el diseño higiénico que se puedan verificar mediante procedimientos de ensayos normalizados como, por ejemplo:
Recientemente se lanzó una cuarta edición de la Directriz N° 2, la cual propone una metodología para la evaluación de la capacidad de limpieza en el procesamiento de alimentos en sistemas cerrados (limpieza CIP) basado en una comparación, en laboratorio, de la limpiabilidad de un elemento sometido a ensayo con la de un trozo de tubo recto, o tubo de referencia.
La nueva directriz aclara la descripción de la metodología y se incluyen optimizaciones sin cambiar los principios fundamentales, mejorando así la repetibilidad y la reproducibilidad, incluyendo:
Tanto los equipos como las fábricas destinadas a la elaboración de alimentos deben cumplir una serie de principios para evitar la contaminación de los productos, estos son: Los principios de diseño higiénico.
El Grupo Europeo de Ingeniería y Diseño Higiénico (EHDEG), lo define como el “Diseño de ingeniería (materiales y fabricación) de equipos e instalaciones que sean de fácil limpieza asegurando que los alimentos sean inocuos y aptos para el consumo humano”.
1.Los equipos deben ser fácilmente limpiables.
2.Los materiales deben ser compatibles: no tóxicos, resistentes e inertes al producto, detergentes y desinfectantes.
3.Los equipos deben ser Autodrenantes para asegurar que no se acumulen alimentos o líquidos.
4.Se debe contar con protocolos de limpieza y saneamiento validados.
5.Los procesos de instalación/mantención de equipos debe ser llevado a cabo por personas que cumplan los requisitos higiénicos.
El acceso sin obstrucciones a todas las áreas del equipo, junto con la elección de materiales que resisten la corrosión permite obtener una limpieza y desinfección eficaz y en menor tiempo.
Las instalaciones y equipos se diseñan para prevenir que los residuos (suciedad) pueden quedar atrapados en grietas y áreas muertas, por lo que se evita el crecimiento de microorganismos y se minimiza la contaminación cruzada entre los lotes de producto.
En un entorno regulado, el diseño higiénico garantiza el cumplimiento de las normativas de la industria alimentaria.
Se aumenta potencialmente la expectativa de la vida útil del equipamiento, reduciendo las medidas de mantenimiento, mejorando la sostenibilidad y reduciendo los costes operativos.