Tanto los equipos como las fábricas destinadas a la elaboración de alimentos deben cumplir una serie de principios para evitar la contaminación de los productos, estos son: Los principios de diseño higiénico.
El Grupo Europeo de Ingeniería y Diseño Higiénico (EHDEG), lo define como el “Diseño de ingeniería (materiales y fabricación) de equipos e instalaciones que sean de fácil limpieza asegurando que los alimentos sean inocuos y aptos para el consumo humano”.
1.Los equipos deben ser fácilmente limpiables.
2.Los materiales deben ser compatibles: no tóxicos, resistentes e inertes al producto, detergentes y desinfectantes.
3.Los equipos deben ser Autodrenantes para asegurar que no se acumulen alimentos o líquidos.
4.Se debe contar con protocolos de limpieza y saneamiento validados.
5.Los procesos de instalación/mantención de equipos debe ser llevado a cabo por personas que cumplan los requisitos higiénicos.
El acceso sin obstrucciones a todas las áreas del equipo, junto con la elección de materiales que resisten la corrosión permite obtener una limpieza y desinfección eficaz y en menor tiempo.
Las instalaciones y equipos se diseñan para prevenir que los residuos (suciedad) pueden quedar atrapados en grietas y áreas muertas, por lo que se evita el crecimiento de microorganismos y se minimiza la contaminación cruzada entre los lotes de producto.
En un entorno regulado, el diseño higiénico garantiza el cumplimiento de las normativas de la industria alimentaria.
Se aumenta potencialmente la expectativa de la vida útil del equipamiento, reduciendo las medidas de mantenimiento, mejorando la sostenibilidad y reduciendo los costes operativos.